Ubicado en pleno barrio de Monserrat, el Pasaje Santamarina es un tesoro arquitectónico que conserva su encanto y atractivo inmobiliario. Concebido sobre un lote en forma de L con accesos por las calles México y Chacabuco, este rincón urbano ofrece una experiencia residencial singular en el trazado porteño.
Un Patrimonio Arquitectónico de Valor Histórico
Proyectado entre 1914 y 1915 por el arquitecto alemán Carlos Nordmann, el pasaje fue encargado por el hacendado español Ramón Santamarina. Tras su muerte, su esposa, Ana Irazusta, se encargó de completar la obra, que ha llegado hasta nuestros días manteniendo su esencia. El conjunto se destaca por su escala amable y los detalles ornamentales que reflejan la época, conservando un espíritu que atrae tanto a compradores como a inquilinos.
El Pasaje Santamarina no solo es conocido por su arquitectura, sino también por su vibrante comunidad. Aquí, se puede encontrar una combinación de viviendas y locales que aún conservan el carácter patrimonial del espacio, lo que lo convierte en una opción atractiva para quienes buscan invertir en propiedades con historia en el centro porteño.
Características y Distribución del Pasaje
La arquitecta Rossana Castiglioni, especialista en patrimonio, explicó que el Pasaje Santamarina combina atributos de pasaje y galería. Algunas unidades se acceden directamente desde la calle, mientras que otras requieren atravesar patios internos que permiten iluminación y ventilación. Las fachadas simétricas sobre Chacabuco y México exhiben accesos jerarquizados, con puertas de hierro forjado, balcones y molduras ornamentales que refuerzan la identidad del conjunto.
El inmueble está catalogado como cautelar dentro del Área de Protección Histórica 1-14 del Casco Histórico. Con 35 unidades funcionales, el pasaje ofrece una variedad de tamaños, desde 50 hasta 190 m2, muchas con entrepisos. Aunque originalmente destinado al alquiler, su monumentalidad y estética rivalizan con las de las viviendas acomodadas de la época.
Un Entorno que Invita a Vivir
La vida en el Pasaje Santamarina transcurre en un ambiente sereno, donde los residentes se conocen y los turistas llegan con curiosidad. Silvia Tagliaferri, de Tagliaferri Propiedades, destaca que la mayoría de las viviendas han sido ocupadas por familias durante décadas, y que las propiedades en planta baja fueron diseñadas como viviendas de dos ambientes para alquiler, muchas con acceso a patios. Este entorno de comunidad refuerza la identidad del lugar y hace que vivir aquí sea una experiencia única.
El mercado en la zona es dinámico, atrayendo a estudiantes, jóvenes profesionales, parejas y familias que buscan un hogar con carácter y historia. Las propiedades, con su singularidad arquitectónica y encanto, son altamente valoradas por quienes saben apreciar lo excepcional.
Oportunidades Inmobiliarias en el Pasaje
Entre las viviendas en venta, se encuentra un atractivo cuatro ambientes por u$s250.000, desarrollado en planta baja y entrepiso. Esta unidad cuenta con tres dormitorios, un baño completo y un toilette, ofreciendo un ingreso luminoso a través de un patio que conduce a un amplio living comedor.
La cocina ha sido renovada y está equipada con todas las comodidades modernas, incluyendo un comedor diario y ventanales que dan al patio. Este pasaje no solo proporciona un espacio habitable, sino también un estilo de vida que combina lo histórico con lo contemporáneo.
En este rincón oculto de Buenos Aires, cada unidad disponible se convierte en una pieza codiciada por quienes buscan un hogar con alma y carácter, haciendo del Pasaje Santamarina un lugar verdaderamente excepcional para vivir o invertir.
